Debemos actuar de manera urgente para impedir que el Río Jáchal se siga contaminando con Mercurio proveniente de la Mina Veladero operada por la empresa canadiense Barrick Gold y la china Shandong Gold.
Un nuevo estudio de la universidad Nacional de Cuyo, detectó un nivel altísimo de mercurio en el agua: 1,7 microgramos de mercurio por litro de agua (0,0017 mg/L) en el puente de Buena Esperanza, superando así el valor máximo detectado en ese mismo lugar después del primer derrame de 2015 que llegó a 1,1 microgramos de mercurio por litro de agua (0,0011 mg/ litro).
Sin embargo el estudio realizado por la universidad es el unico en los últimos meses, que la municipalidad ha autorizado.
Según la asamblea Jachal no se toca en el presupuesto de 2023, aprobado para realizar análisis de agua, la suma es de 32 millones de pesos con lo que alcanzaría a realizarse 23 monitoreos durante todo el año. La pregunta entonces es ¿por que el gobierno no autoriza mas estudios de agua?
Seguramente se trate de ocultar una realidad que para muchos es evidente. San Juan se encuentra ante un grave peligro para las comunidades y el ambiente. El agua que las comunidades rurales utilizan para el riego de cultivos ha sido contaminada por mercurio y otros metales pesados. Las comunidades no saben con certeza si el agua que beben está contaminada, porque ni las empresas ni el gobierno han informado sobre medidas de recomposición ambiental tras al menos cuatro derrames registrados desde 2015 segun los informes de agua, realizados en septiembre de 2015, septiembre de 2016, marzo de 2017 y febrero de 2022.
Es por eso que la situación ante este nuevo estudio es alarmante y es un llamado de atención al gobierno para que realize de manera inmediata más estudios, informe a la comunidad el impacto que este tipo de contaminación tiene en la salud y el ambiente y exija a la empresa las medidas de seguridad necesarias, o mas bien que se vayan, por que desde 2015 hasta ahora solo ha empeorado la situación según los estudios realizados
Mercurio, plomo, aluminio, manganeso y níquel son algunos de los metales detectados, todos en niveles altísimos por encima de lo permitido por la OMS.
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