El país más grande del continente sudamericano elige su nuevo Presidente el
próximo 2 de Octubre, la contienda electoral deja entrever un posible balotaje, el
próximo 30 del mismo mes.
Las elecciones son a Presidente y Vicepresidente, senadores, diputados,
gobernadores y legisladores provinciales, para todos los ciudadanos de entre 18 a
69 años de edad, con carácter opcional para analfabetos, jóvenes entre 16 y 17 años
y para los mayores de 70 años. El padrón está habilitado en los 26 estados y 5570
municipios. La disputa entre Jair Messias Bolsonaro Partido Liberal, Ignacio Lula
Da silva Partido de los trabajadores, Ciro Gomez Partido Democrático Laborista,
Simone Tebet Movimiento Democrático Brasileño, Vera Lucia Salgado Partido
Socialista de los Trabajadores Unificado, Felipe D’ Avila Nuevo y Soraya Thronicke
Unión Brasil, pone en cuestión algunas de las situaciones que desarrollaremos a
continuación.
¿Qué impacto tiene está elección?
Es importante tener en cuenta que Brasil, comparte frontera con todos los países de
Sudamérica exceptuando a Chile y Ecuador. Y particularmente con Perú, la mayor
extensión del Bosque Tropical más grande del mundo “La amazonía”, conformada
por los territorios de 9 países y desde el 2011, considerada una de las siete
maravillas naturales del planeta, con mayor biodiversidad a nivel mundial.
El país sigue trabajando en su reconstrucción tras una recesión, ocurrida hace siete
años, cuando la economía se contrajo casi un 7%, desde entonces su matriz económica no fue creciendo como en los años previos a la recesión. Sin embargo, ha
experimentado una lenta pero continua recuperación en los últimos años.
Algunos datos oficiales indican que en el 2021, el PIB creció un 5,2%, impulsado
principalmente por la reapertura gradual de la economía y el aumento de las
exportaciones de materias primas. Según la proyección del FMI, se espera que la
economía crezca 1,5% en 2022 y un 2% en 2023.
Sin embargo desde los sectores más radicales del ambientalismo se posicionan en
disconformidad con algunas medidas que incluye el plan económico, como lo es
fomentar las actividades extractivas. Estas se llevan a cabo sin informar sobre
impactos ambientales que afectan a la población y al paisaje nativo.
El incremento de la actividad agrícola ganadera, con especial énfasis en el trigo y la
soja, generó que entre agosto de 2019 y julio de 2020 la destrucción de la floresta
amazónica haya aumentado un 34%, dejando como resultado más de nueve mil
kilómetros de mata.
El territorio cuenta con una gran porción de la Cuenca del Plata que es, por su extensión geográfica y por el caudal de sus ríos, una de las más importantes del mundo. Además de ser principal beneficiario del acuífero guaraní, uno de los mayores reservorios subterráneos de agua dulce del planeta.
Debido a la sequía que encarniza la tierra y la voluntad piromaniaca de algunos sectores “productivos”, es de vital rigurosidad comenzar sin slogans una transición energética sistematizada en general para transformar las cifras que crudamente desnudan el negocio de la deforestación y el monocultivo de soja y aceite de palma.
Esta actitud desbocada tiene un antecedente, la herida abierta del “el holocausto del
caucho”, hecho que dejó como resultado una deforestación agresiva de los árboles
originarios del amazonia, sin medir el daño al ecosistema, que al día de hoy no se
recupera.
¿Cómo es la relación de los principales referentes para con el medio ambiente?
Marina Silva, una acérrima activista por el medioambiente. Ex ministra del área del
gobierno de Lula. Estuvo enfrentada al dirigente y hoy en día los hermana la democracia. Silva renunció al gobierno de Lula en 2008, molesta por el apoyo a grandes proyectos de infraestructura en la Amazonía.
Su apoyo a Lula también muestra cómo incluso los ecologistas escépticos por sus vínculos con la agroindustria brasileña han cerrado filas detrás de él, ante la urgencia de cambiar las políticas que han disparado la deforestación bajo el presidente Jair Bolsonaro.
Marina Silva
Recordemos que el Presidente de la nación en función fue criticado por no participar de la cumbre del medio ambiente con sede en Glasgow, pero a pesar de ello afirmó que su voluntad era: “consolidar a Brasil como la mayor economía verde del mundo”.
En las últimas semanas participó de una asamblea de naciones unidas, donde enarboló un discurso cuasi de campaña en donde profundizó en la gestión en su nación, afirmó que los estudios ambientales sobre el desmonte en la amazonía son falaces además de culminar con indirectas hacia el ex presidente del partido de los trabajadores.
La disputa electoral de la república federativa del Brasil que culmina su primera vuelta el 2 de octubre y desayuna al pueblo en un mar de polarización política, la histórica batalla entre derecha e izquierda en un contexto de efervescencia que no solo simboliza un cambio en la corriente ideológica sino también una transformación del motor productivo.
Aunque ha tenido leves oscilaciones en las últimas mediciones, el candidato del Partido de los Trabajadores de 76 años, cuenta con un apoyo que fluctúa entre el 48 y el 44 por ciento del electorado y su nivel de rechazo se mantiene en torno del 30 por ciento.
Por su parte, Bolsonaro de 67 años ha experimentado un leve aumento en las intenciones de voto (en torno del 33%), aunque tiene un nivel de rechazo superior al 50 por ciento, es decir, no tiene como alcanzar la mayoría en la próxima contienda electoral.
Este dato se desprende de las encuestas realizadas por Datafolha, IPEC, Quaest.
Por otro lado se encuentra el candidato Ciro Ferreira Gómez del partido laborista, cuyo
caudal electoral según las encuestas oscila en un 7% una cifra que despierta mucho interés por parte de sus contrincantes. Desde hace varios días se difundió una carta abierta impulsada por el sector progresista en dónde insta al referente a apoyar a Lula, lleva las firmas de políticos, ambientalistas e intelectuales de varios países, entre ellos el premio Nobel de la paz Adolfo Pérez Esquivel y el ex presidente ecuatoriano Rafael Correa.
Recordemos que en 2018 fue el 3er más votado. Su candidatura fue una de las pocas que impidió que Lula, favorito con cerca del 47 por ciento de intención de voto, fuera postulado como aspirante único de toda la izquierda brasileña.
Argentina y Brasil se encuentran en tratativas para fomentar los intercambios económicos entre ambos países, e incluso la voluntad de una moneda única. Faltan pocos días para que el pueblo brasilero decida quién va a ser el presidente por los próximos cuatro años, el clima de violencia y hostigamiento se sigue profundizando, algunos llaman a la pacificación del conflicto y otros se llaman al silencio. Y a esta altura del partido con el clamor político que
se vive, cualquier similitud con Argentina es pura coincidencia.
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